¿No se les hace que el tiempo se está pasando demasiado rápido? Siento que acaba de empezar otra vez el año escolar, de repente llegó Navidad, se terminó en un abrir y cerrar de ojos, ya es 2020 y sigue semana santa. Pensar en esto de repente me hace cuestionar si estamos sobreviviendo por encimita o viviendo. ¿Hacia dónde vamos?
La realidad es que vamos por la vida guiados por un piloto automático y solo el 2% de nuestro día estamos realmente conscientes, todo lo demás lo hacemos por default.
Este último mes he estado haciendo más pausas, y me he recordado a respirar más conscientemente. Me ha ayudado mucho a bajarle un poco al caos de mi cabeza. Me empecé a dar cuenta que estaba pensando en pura cosa con final fatalista. Por ejemplo, empecé a sentir un dolor en la cabeza y cinco minutos después ya estaba pensando en mi funeral; cómo le van hacer mis hijos y Alex sin mí, etc. Era como un espiral de pensamientos, hasta que me daba cuenta que no me estaba beneficiando pensarlos y me decía a mí misma, “Te la bañaste con la novela, aterriza, next”. Y lo paraba. Unos días después escuchaba hablar del corona virus y al poco tiempo ya estaba pensado en tres muertes cercanas diferentes y me hacía el mismo enredo, hasta que volvía a pararlo. Como esos pensamientos, tuve muchos más todos con el final que alguien se muere.
Alex, mi esposo, una vez al año en febrero, se va a un viaje con unos amigos al mismo lugar. Unos días antes de que se fuera, empecé a ponerme muy nerviosa y otra vez… final fatalista. “¿Y si se muere y me hablan para darme la noticia, qué voy hacer sin él, cómo les voy a decir a mis hijos; estaré tranquila o llorando al decírselo o qué va pasar?” Muy mal. Le platiqué a Alex mis pensamientos y su forma de ser y lo que me dice me ayuda a regresarme al ahora. Yo no era así antes, no pensaba en estas posibles tragedias.
Esos días que Alex no estuvo, casualmente tocó mi cita con Oscar, el doctor con el que voy a terapia desde que perdimos el embarazo de Mila. Le platiqué que me sentía muy abrumada por mis pensamientos fatalistas y hasta me daba pena platicarle todas las novelas que me hice. Al final se me quedó viendo y me preguntó, “¿Alex ahorita está en su viaje que siempre se va en Febrero?” y yo asentí con la cabeza. Se me quedaba viendo; ya conozco su mirada cuando está a punto de tirarme una bomba. Hemos platicado mucho cómo la terapia ha ido evolucionando porque al principio las preguntas o comentarios me las hacía con pinzas debido a que yo estaba muy frágil. Conforme ha ido pasando el tiempo, se ha prestado que él sea más directo conmigo. Tengo que admitir que a veces me da miedo lo que me va decir pero es demasiado asertivo y atinado que siempre le digo que me sorprende su razonamiento, no se le va nada.
Pasaron varios segundos en los que los dos estábamos callados y finalmente me pregunta, “¿Te das cuenta que el año pasado estabas igual de nerviosa cuando Alex se fue a ese mismo viaje? También fue en Febrero.” Me lo dijo y no entendí a dónde quería llegar con su pregunta. Yo solo pensaba si lo que quería era hacerme reaccionar que soy una alarmista. Me volvió a preguntar para ver si lo relacionaba, “Hace tres años, ¿en dónde estabas?” Estaba justamente en el hospital sin poder pararme por las hemorragias, sin saber nada de lo que iba a pasar; asustada, apanicada con las noticias que nos daban los doctores. Me sentía presionada de tomar decisiones cuando claramente yo no estaba en un lugar emocional adecuado para decidir qué hacer. En su momento fueron muchas decisiones que de pensarlas, se me acelera el corazón. Digamos que en Febrero 2017, fue el mes de las malas noticias.
Hay una relación con lo que este año estuve pensando y lo que viví hace tres años; tengo miedo que recibamos una mala noticia. Al principio me resistí un poco porque le dije que he estado muy bien con mi aceptación de perder a Mila, él lo sabe y ha visto cómo he cambiado. Estoy muy bien, pero es como si en mi inconsciente sigo ligada o atada al miedo de Febrero 2017. Puede ser que el clima, algunos olores o canciones, me recuerdan muy en el fondo esos episodios que vivimos y mi mente se pone nerviosa que vaya a suceder algo similar.
Todos los días hablaba con Alex mientras él estaba fuera y el día anterior de mi cita con Oscar, él me decía que se la estaba pasando muy bien pero por alguna razón que no entendía, sentía algo de ansiedad y/o preocupación. En la noche, le platiqué a Alex lo que habíamos analizado Oscar y yo y le dije que muy probablemente lo que él estaba sintiendo podía estar ligado con Febrero 2017, el mes de las malas noticias. Después de platicar me dijo que tenía mucho sentido.
Hace tres años, Alex estaba indeciso si ir al viaje era una buena decisión por como estaba la situación. Quisimos ser muy precavidos y fuimos varias veces con el doctor a revisarme antes de que se fuera para que él estuviera tranquilo. Milagrosamente llevaba varios días sin sangrados porque unos días antes había entrado al quirófano prácticamente en trabajo de parto para expulsar un coagulo muy grande. Nos dieron luz verde y le dije a Alex que aprovechara que estábamos en buena semana para irse. A las pocas horas de que Alex se fue, tuve una hemorragia incontrolable. Yo estaba sola en mi cuarto porque me iba a dormir un rato, aprovechando que mis papás se acababan de llevar a mis hijos a Disney on Ice. Hasta me había quitado la toalla sanitaria porque ya no se manchaba nada, que delicia. Y derrepente sentí que algo se me venía, a gritos pedí ayuda y me llevaron al hospital. Le hablé a mis papás del carro y al poco tiempo que supe que todo estaba bien con Mila, le di la noticia a Alex. Se preocupó mucho y no entendía por qué había pasado eso sí habíamos ido el día anterior con el doctor y hasta nos había citado dentro de tres semanas. Alex se regresó del viaje y nos vimos en el hospital.
Digamos que Alex también tiene inconscientemente ese recuerdo de cuando le hablé, la preocupación y el estar en el mismo lugar le ayuda a despertar y revivir esos sentimientos. Esta vez que lo verbalizamos más conscientemente, sentimos un peso menos de encima los dos. Ya le pudimos poner nombre a lo que cada uno por su parte estaba sintiendo. Muchas veces cuando le ponemos nombre al sentimiento, creo que lo hacemos menos; ya no lo vemos superior a nosotros, sino que nosotros ahora somos los que lo controlamos a pesar de sentirnos vulnerables.
En el libro de David Hawkins “Letting Go: The Pathway of Surrender”, hay un capítulo (Healing the past) que me ayudó mucho hace tiempo y ahora lo vuelvo a repasar.
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“One of the most effective tools for handling the past is the creation of a different context. What this means is that we give it a different meaning, we take on a different attitude about the past, difficulty or trauma and we acknowledge the hidden gift in it. The value of this technique was first recognized in psychiatry by Victor Frankl. He explained the approach which he called Logotherapy in his famous book “Man search for meaning”. His clinical and personal experience demonstrated that emotional events and traumatic occurrences will change considerably and be healed if a new meaning is placed around them.”
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Puede ser que en lugar de recordar a Febrero 2017 como el mes de las malas noticias, podamos cambiarle el significado. ¿Podrá ahora ser el mes de la unión familiar, de las visitas de amigos, de la valoración de tener una familia sana, el mes que me di cuenta que tengo una red de apoyo increíble, de la fuerza que tiene la oración? Detrás de toda esa incertidumbre y miedo, recibí el regalo de vivir.
Estoy consciente que en Febrero soy más susceptible a ponerme nerviosa y podré manejarlo de otra manera más acertada sin juzgarme. Ahora que ya lo sé, podría hacer algo diferente, no para reprimir la emoción sino para tratarla con otro enfoque que me dé más paz; porque finalmente lo que buscamos es sentirnos en paz. Mi idea no es predisponerme a volver a sentirlo cada Febrero, sino enfrentarlo y soltarlo con compasión a mí misma. Si regresa en un año, está bien, si no regresa, también estará bien. Ya les contaré cómo me va.
¿Te he pasado algo similar? Si sí, platícame qué y cómo le hiciste. Mi mail es anaelizondoe@gmail.com
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